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Mediante el sencillo proceso que explico a continuación seremos capaces de transformar nuestras pastillas de jabón un liquido jabón. De esta manera podremos aprovechar las cualidades y ventajas que nos aportan estos dos estados del material. Por un lado el estado sólido, idéal para la conservación y transporte del jabón. Por otro lado el estado liquido, perfecto para su utilización postérieur, dándonos unas condiciones higiénicas óptimas.